Con el ajetreo de la vida cotidiana, no siempre podemos tomarnos el tiempo para dejar nuestra casa ordenada como queremos. No hay nada más agradable que encontrar todo en su lugar, ¿Correcto? En ese momento recuerdas el desorden del armario y cómo no le has prestado la atención que se merece. Ponerlo en orden es una tarea que te quita cierto tiempo del día y al final siempre queda esa pereza. Así que, súbete las mangas y despídete de la pesadilla de tener que encontrar esa prenda escondida muy rápido.
Para aprovechar al máximo todos los espacios de tu armario, la organización es muy importante. Vamos a ponerlo en práctica.
Ten en cuenta que organización significa calidad de vida. Esto también se aplica a tu guardarropa. Quieres abrirte y ver todo lo que tienes, saber dónde está cada artículo y ganar tiempo vistiéndote para cada momento de tu vida. Suena básico, pero estas son algunas de las ventajas de un guardarropa organizado.
¡No hay regla específica! Después de todo, el guardarropa debe ser funcional de la manera que se adapte a tu estilo todos los días.
Primer paso: separar y categorizar las prendas

1 – Comienza seleccionando las piezas. Saca todo de tu armario y separa lo que ya no uses para decidir si desechar, vender o donar. Reserva lo que necesites arreglar o mejorar en la lavandería. Y recuerda: es mejor tener poco y usar todo que tener mucho y no usar nada, simplemente porque no puedes saber dónde estás.
2 – Después de esta primera selección, categoriza tu ropa. Poner todos juntos iguales, es decir, pantalón con pantalón, camiseta con camiseta, blusa con blusa y así sucesivamente. Date cuenta que se crearon varias «pilas» y ya puedes tener una idea de cuánto espacio vas a necesitar para cada tipo de pieza. ¡Comencemos a colocarlos en sus lugares apropiados!
3 – ¿Tu armario es pequeño? No hay problema. Separa las piezas por temporada “verano e invierno”. Cualquier cosa que esté fuera de temporada puedes guardarla en cajas organizadoras o incluso bolsas de viaje. Consejo: Pon la ropa en bolsas de algodón antes de guardarla. Cambie las piezas de la misma manera al cambiar de estación.
Esta es una de las muchas soluciones para que puedas ver y tener fácil acceso a lo que hay dentro de tu armario. También evita apilar prendas demasiado altas y no coloques más de una prenda en una percha.
Cajones, perchero o estante: cada prenda en su sitio

No siempre tenemos un armario diseñado para diferentes tipos y tallas de prendas. Entonces, además de pensar en la practicidad cotidiana, debemos entender que cada tejido tiene sus propias características y requiere ciertos cuidados. Algunos tienen mayor elasticidad y se deforman con facilidad, como la lana, cardigans y tejidos sintéticos. Cuando se cuelgan, toman la forma de la percha y pueden ceder por el peso. Así que guarda este tipo de piezas dobladas en estantes.
1 – Los tejidos estructurados, que se arruguen con facilidad o presenten pliegues, como lino, seda, raso, blazers y camisas, deben ser preferentemente colgados. Puedes utilizar colgadores que ayuden a mantener la estructura de la pieza. Los modelos más largos y los hombros más anchos, por ejemplo, son excelentes para las chaquetas.
2 – Las camisetas, ropa de gimnasia, pijamas, lencería, ropa interior y calcetines no quedan bien amontonados. Estas piezas son excelentes opciones para cajones, ya que ofrecen una mejor disposición, además de facilitar la visualización. En este caso, organizar colmenas es súper indicado y práctico. Los cajones sirven como comodín a la hora de guardar accesorios como gafas, corbatas y cinturones. Hay modelos que vienen con divisores de fábrica, o puedes crear estos divisores con cartón, cubiteras, pedazos de tubería de PVC, vasos o pequeños pedazos de madera. ¡Depende de la creatividad de cada uno!
Haz el ejercicio de preguntarte: ¿esta pieza se deformará al colgarla?, si la respuesta es un si, opta por mantenerlos plegados. Es importante que al guardar artículos delicados en los cajones haya algo de espacio para no dañarlos al abrir y cerrar los muebles.
3 – Siempre es bueno ampliar horizontes, así que aprovecha el maletero, que muchas veces se desperdicia. Como su nombre lo indica, se usa para guardar bolsos, pero es un gran aliado para quienes tienen poco espacio. En él puedes guardar cosas que no usas a menudo.
4 – En cajas organizadoras o en tus propios bolsos, guarda ropa de fiesta, ropa de viaje -como chaquetas y raquetas de nieve- o incluso complementos y ropa de playa. Este espacio también funciona muy bien para acomodar las maletas una al lado de la otra. Si tienes alguno demasiado blando, usa relleno de bolsa o pon uno dentro del otro.
5 – Si por casualidad no hay un lugar especialmente diseñado para los zapatos, utiliza las estanterías. La forma en que los acomode también dependerá de la cantidad de espacio. ¿Tus muebles tienen buena profundidad? Aprovecha para colocar un pie del zapato delante del otro. Si tienes una mayor disponibilidad en el ancho del armario, coloca un pie con la punta hacia delante y el otro con el talón, esta posición te facilita la elección a la hora de vestirte.
Como mencionamos antes, no hay una regla, así que todo depende del espacio que tengas. Elige cajones, cajas o colgadores adecuados para guardar tus bufandas, pañuelos y bufandas.